En medio de un escenario económico que aún presenta desafíos, comienzan a emerger señales alentadoras en el sector inmobiliario de Córdoba. Luego de años de contracción y prudencia inversora, 2025 se perfila como un punto de inflexión, con indicadores concretos que apuntan a una incipiente recuperación.
Uno de los elementos más relevantes de este contexto es que el costo de la construcción ha dejado de subir en dólares, tras una etapa de ajuste sostenido. Esto genera un marco de mayor previsibilidad para desarrolladores e inversores, y permite proyectar nuevos emprendimientos con mayor claridad financiera.
Al mismo tiempo, el mercado de ventas de unidades nuevas también ha mostrado una evolución positiva. Durante el primer semestre de 2025, el precio de venta de los inmuebles nuevos en Córdoba ha registrado un aumento estimado de entre un 5 % y un 15 %, según diversas plataformas especializadas y operadores del sector. Este crecimiento ha sido especialmente notorio en propiedades nuevas ubicadas en zonas consolidadas, como Villa Belgrano, General Paz y Nueva Córdoba, donde la demanda se mantiene sólida y activa.
Si bien el crédito hipotecario ha comenzado a reactivarse tímidamente —tras años de virtual desaparición—, lo cierto es que el grueso de las operaciones sigue realizándose sin financiamiento bancario. Las propiedades que lideran el movimiento del mercado son aquellas de mayor calidad constructiva y mejor localización, elegidas tanto por usuarios finales como por pequeños y medianos inversores que buscan preservar valor en activos tangibles.
En sintonía con este panorama, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) publicado por el INDEC mostró en abril un crecimiento interanual del 7,7 %, destacándose el rubro de la construcción con una suba del 17,1 %, la más alta entre los sectores analizados. Tal como destacó La Voz del Interior en junio, estos datos “confirman que se empieza a percibir una recuperación real, que si bien es gradual, es sostenida y perceptible en los principales indicadores”.
Desde Rode, observamos con optimismo estas señales. El momento actual ofrece una combinación singular: costos constructivos estabilizados, precios en ascenso moderado, y una demanda selectiva pero activa, especialmente en segmentos premium. Para quienes piensan en invertir, el ladrillo vuelve a ser un refugio de valor y una apuesta segura a mediano y largo plazo.
Los brotes verdes están. Y, como en cada ciclo de reactivación, quienes sepan ver la oportunidad en el momento justo serán quienes mejores negocios hagan.
